jueves, 2 de febrero de 2012

Región Neurocraneana.

A.)  Formación del tubo neural medular y encéfalico.-

Sobre la notocorda, el ectodermo se engruesa para formar la placa neural. Los bordes de esta placa sobresalen, se pliegan y se unen por encima formando un largo tubo: el tubo neural. Este tubo da lugar a la mayor parte del sistema de nervios, anteriormente se ensancha y se diferencia en el encéfalo y los nervios craneales; posteriormente forma la médula espinal y los nervios motores.
El extremo cefálico del mismo, futuro encéfalo, presenta al comienzo de su organización tres vesículas y dos curvaturas: las vesículas (prosencefálica o cerebro anterior, mesencefálica o cerebro medio y rombencefálica o cerebro posterior)  y las curvaturas (cefálica y cervical).  En la quinta semana las vesículas prosencefálicas y rombencefálica se dividen en dos; de modo que a partir de ese momento, el encéfalo está compuesto por cinco vesículas: a) telencefálica y diencefálica (derivadas de la prosencefálica); b) mesencefálica, y c) metencefálica y mielencefálica (derivadas de la rombencefálica), separadas entre sí por la aparición de una nueva curvatura del puente o protuberancial. El telencéfalo se organiza en dos envaginaciones laterales del diencéfalo, dando origen, cada una de ellas, a los hemisferios cerebrales.

A) Tubo neural encefálico con tres vesículas y dos curvaturas. B) Tubo neural encefálico con cinco vesículas y tres curvaturas.


De las vesículas cefálicas se dará origen  al conducto central o del epéndimo (futura médula espinal), y a las crestas neurales que darán lugar al sistema nervioso periférico, mientras que el sistema nervioso central se origina de otras crestas neurales llamadas simpátogonias.
Otras células de las crestas proliferan y migran para constituir poblaciones celulares denominadas ectomesenquimáticas o neuroectodérmicas, que  contribuyen a formar las estructuras de la cara y los órganos dentarios.

B.)  Formación de los Ojos y Oídos.

Al inicio de la cuarta semana comienza el desarrollo de los esbozos de los ojos y oídos. 

Los ojos se forman en las paredes laterales de la región cefálica del tubo neural (prosencéfalo). A dicho nivel se forman las vesículas ópticas que se comunican con la luz del tubo neural. Estas vesículas sufren una invaginación que da lugar a una estructura  en forma de copa con paredes dobles denominada cúpula óptica, provocando la vesícula óptica otro proceso simultaneo en el cual el ectodermo la recubre y forma otra vesícula llamada vesícula del cristalino.

El epitelio de la córnea procede del ectodermo que reviste la cabeza del embrión y las estructuras restantes se originan del mesénquima vecino.

La formación del oído comienza cuando aparece a cada lado del cerebro en desarrollo, una placa engrosada de ectodermo superficial llamadas placodas óticas o auditivas, que luego se invaginan y dan lugar a las vesículas auditivas de donde se deriva el oído interno. Poco después se formarán el oído externo y el medio a expensas de las bolsas faríngeas y arcos branquiales.

Las orejas se desarrollan a partir de las eminencias auriculares (seis proliferaciones mesenquimáticas situadas en los extremos dorsales de los arcos faríngeos primero y segundo). Estas eminencias se ubican en la parte más alta de la futura región del cuello y posteriormente al formarse el maxilar superior asciende hasta el nivel de los ojos.
Se ha formado así la región neurocraneana de la cabeza, al mismo tiempo se han diferenciado las estructuras primarias que formarán la región visceral, que se desarrollan alrededor de la depresión de estomodeo destinada a convertirse en la cavidad bucal.

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